Comedor de los Milagros
La América que habla nuestra lengua, con acentos y con eñes, brinda no sólo la riqueza de la tierra, del agua, sino la risa del hombre, la mirada de la mujer.
En nuestra boca se unen sabores de siglos y países.
Al probarlos, masticamos historias.
Allá fuera, el mundo se apresura en comer.
Nosotros rumiamos sueños, alimentamos deseos.
Le damos el fuego que pide cada grano.
No sacamos cuentas para añadir más pureza.
Nuestra mesa es un barco para viajar en los sabores de hoy y de antaño.
Aquí comemos y alimentamos amistad.
Aquí compartimos milagros.
por Comedor de los Milagros







